Compartir en Internet

abril 20, 2011

¿Por qué compartimos archivos, textos, etc., es decir, información y conocimiento, en Internet? ¿Qué es lo que nos motiva a colgar nuestras propias creaciones o fomentar la distribución de las que nos llegan? ¿Por qué resulta tan atractivo construir algo nuevo -y compartirlo- sobre información/datos que vemos en la red?

La Universidad de Lund, a través del grupo Cybernorms, está realizando una encuesta con el propósito de conocer más sobre cómo las normas sociales y legales están siendo modeladas por las acciones que nos permite hacer diariamente la red (vía NYT). Hace poco, el mismo grupo concluyó en otro trabajo que no existen normas sociales que nos disuadan de compartir ficheros en Internet.

Temporalmente, The Pirate Bay ha tomado el nombre de «The Research Bay» para alojar dicha encuesta y fomentar la participación.

La encuesta se realiza en poco tiempo, y con preguntas que tienen un claro objetivo: Extraer las normas sociales existentes frente a la legalidad vigente en el acto de compartir en Internet (por ejemplo, resulta interesante que se pregunte sobre el anonimato a través de VPN a la hora de compartir).

Hasta conocer los resultados de este experimento, que seguro son muy interesantes, quizás nos ayude a comprender todo lo que implica el fenómeno de compartir en Internet un trabajo de referencia en el ámbito del Capital Social: se trata de «Why Should I Share?. Wasko&Faraj 2005».

En este trabajo se analizan las motivaciones que llevan a los individuos a compartir su conocimiento con extraños en una red social electrónica. Aparentemente, el acto de compartir no redunda en ningún beneficio inmediato, además del peligro de actitudes de «polizón» que se aprovechen del trabajo y conocimiento de los demás. Sin embargo, la compartición de conocimiento en las redes es cada vez mayor y se realiza de forma voluntaria por sus miembros (no es el mismo caso que, por ejemplo, un entorno empresarial en el que puedan estar claros los incentivos).

Además, el trabajo parte de que estas redes se autoorganizan (en el sentido de que están formadas simplemente por las personas que participan en ellas) y están abiertas a cualquier persona que quiera participar. En el momento del trabajo (2005), el concepto de red electrónica donde compartir conocimiento que se tomó como referencia estaba más orientado a lo que hoy podemos conocer como «foros/wikis» de expertos (tomemos perspectiva del trabajo, en 2005, donde tan solo MySpace tenía entidad suficiente para anticipar lo que hoy en día tenemos en el campo de las redes sociales…). Aún así, la validez y actualidad del trabajo parecen evidentes.

El análisis del concepto de Capital Social y las motivaciones individuales de los individuos concluye que las principales razones para compartir son: La percepción de mejora en la reputación profesional y el gusto por ayudar a los demás (razones, pues, en el ámbito personal pero también social). La contribución es mayor cuanto más involucrada en la red está la persona (sentimiento de pertenencia) y cuando se tiene experiencia en compartir con otros (aprendizaje en el nuevo entorno). Para los autores, resultó sorprendente no poder concluir que los contribuyentes a la red tuvieran un mayor compromiso con la misma que los simplemente consumidores, ni tampoco que no esperaran nada a cambio.

El acto de compartir es una necesidad social que Internet ha facilitado como ningún otro medio hasta ahora. Y no sólo eso, sino que la información como bien público es algo que la sociedad reclama cada vez más y que debe hacer repensar no sólo principios industriales y de mercado, sino también la participación de las personas en la gestión pública y la política. Ejemplos como Open Knowledge Foundation, Pro Bono Público, Open Government + http://www.data.gov/, las diferentes iniciativas sobre Open Data, etc. son sólo muestras de una necesidad social y demanda latente (información compartida) que Internet ha facilitado.

Y, sobre todo, a partir de esta información, es la propia sociedad la que puede construir conocimiento nuevo, compartirlo con los demás y fomentar la responsabilidad social sobre lo público (My Society, Dónde van mis impuestos, etc.), frente al peligro de la delegación creciente (política, empresa) en temas sobre los que la sociedad debería ejercer su responsabilidad más directamente.

…Como escuché decir hace poco a Richard Stallman, «compartir es bueno».

Sobre el concepto de Bien Público, la información como tal y los modelos de gestión empresarial que todo esto implica hablaremos en otro post.

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