Freeconomics: La verdadera economia de la informacion
Hace muy poco especulábamos con la hipótesis de que Amazon regalara los Kindles, al menos a ciertos de sus clientes. Pues bien, la semana pasada se publicó que Google regalará una tarjeta de crédito a ciertos clientes de AdWords.
Cada vez más vemos que la vieja estrategia de regalar algo para comprar el complemento/servicio asociado a ese algo (ejemplos del mundo offline: Nespresso, Gillette,…), ya no es un coto cerrado de la estrategia de traslado de costes o subsidios cruzados. Ni siquiera de los modelos freemium o de la economia del intercambio.
Ni tampoco de la publicidad, pese a que pueda parecernos lo contrario por el hecho de que el artículo esté hablando de clientes de AdWords. El movimiento de Google regalando la tarjeta se ve como un paso hacia el negocio bancario. Y eso parece ser. Al fin y al cabo una tarjeta no es un valor en sí mismo (con el Kindle podríamos discutir más), sino un medio exclusivamente para acceder a un determinado servicio.
Pero también se trata de conseguir información de tus clientes. Como activo de valor, para luego trabajar sobre ella y lograr vender/fidelizar a clientes (o espectadores) y potenciales clientes. ¿O alguien duda de que Google analizará cada pequeño detalle del uso de la tarjeta?
De hecho, las instituciones bancarias parecen hacer un uso exhaustivo de las busquedas de Google, con las que se hacen las predicciones económicas mundiales. Y esta información es gratuita, se obtiene a cambio de nada. ¿A que impresiona?
Freeconomics, la economía implicando ‘regalos’ a la espera de obtener beneficio económico posteriormente no es algo nuevo. Ya hemos visto arriba ejemplos del siglo pasado basados en traslado de costes (con el caso de Gillette como paradigma clásico). Sin embargo, la inclusión de la información en grandes cantidades como objeto de intercambio (más o menos transparente para una de las partes) está sólo empezando. Hace tiempo que rellenar una ficha con los datos personales a cambio de un obsequio quedó en un juego de niños.
Por cierto, está claro que Amazon también quiere una parte del pastel. Grandes de la nueva economía y grandes de las finanzas… mejor no pensar en consecuencias en cuanto haya conflictos de intereses.
Economía de la información en estado puro.