Capacidades necesarias para la diferenciación
Hoy hablamos de un artículo muy interesante de S+B analizando la organización funcional existente en la mayoría de las organizaciones.
No quiero centrarme en el tema de las funciones en la organización, su utilidad, pertinencia, sentido o evolución, algo que se acerca más a la categoría del blog sobre Teoría de la Empresa, y que podemos tratar en otro post. Lo que quiero destacar esta vez es la segunda argumentación que propone el artículo para cuestionar el modelo funcional en las organizaciones: La diferenciación.
Su aproximación puede parecer inicialmente paradójica y, personalmente, me parece bastante acertada:
Para lograr una diferenciación, no hay que buscar simplemente la especialización extrema, ser un auténtico referente en un determinado campo, sino que esta diferenciación vendrá a partir de un desarrollo de capacidades más amplio, multifuncionales.
Siguiendo este argumento, la colaboración (entre otras cosas) conducirá al desarrollo de capacidades diferenciadoras en la organización, que serán las que le lleven a una posición diferenciadora en el mercado.
Si hacemos caso a esta propuesta, podríamos decir que, por ejemplo, lo que hace diferente a Apple de sus competidores no es su excelencia en diseño (únicamente), sino el desarrollo de unas capacidades multifuncionales internas diferenciadoras que, apalancadas en el diseño de sus productos (lo que vemos) le posicionan en el mercado. El propio artículo propone varios ejemplos, como Ikea o Zara.
¿Qué os parece? Seguramente hay contraejemplos y casos de especialistas extremos que tienen éxito sin necesidad de desarrollar unas capacidades multifuncionales diferenciadoras, pero esta aproximación me parece muy cercana a lo que las organizaciones necesitan hoy en día.