¿Qué valor aporta la gestión?

julio 25, 2011

Un extraordinario artículo sobre el historial de Sheryl Sandberg nos invita a hacer ciertas reflexiones sobre el mundo de la gestión y sobre cómo se puede aportar valor desde los mandos operativos de la empresa.

En el mundo tecnológico existe cierta reticencia al valor de la gestión. Ya vimos en el post dedicado a ¿cómo ser un buen manager? que la labor de los gestores en el mundo IT está en cuestión. En la mayoría de las ocasiones con MUCHA razón. Por otro lado, también es cierto que la parte técnica abdica muchas veces de aportar mayor valor que el que aportaría con un conocimiento más profundo de su entorno (funcional, de mercado, objetivos, etc.), quizás en un intento de demostrar su purismo técnico, quizás evitando una promoción no deseada (en un alarde de conocimiento del Principio de Peter). Puede haber múltiples razones. En cualquier caso, este tema daría mucho que hablar.

El caso es que Sheryl Sandberg eligió un puesto de COO (Chief Operating Officer) en Facebook frente a uno de CFO (Chief Financial Officer) en Google. Eligió el paradigma de puesto de gestión, de táctica, de poder hacia abajo frente al ‘nombre del puesto’ o al sillón en el Consejo. Aportó su conocimiento a la estrategia de la empresa y, más importante, la puso en práctica internamente. Y ha sido una de las principales artífices en hacer rentable Facebook. Cierto es que el lujo de elegir no siempre es posible. Pero sí es importante ser conscientes de dónde somos más fuertes y dónde podemos aportar valor.
Seguro que no le fue fácil tratar con todas las personas necesarias para poner en práctica las operaciones que cumplieran la estrategia: la creación del equipo, la delegación, etc. Pero ella sabía que podía hacerlo y que ese era su puesto.

Otra mujer, Marissa Mayer, también ejemplo de éxito en el mundo tecnológico, se muestra muchas veces como modelo de eficiencia gestora. Conduce más de 70 reuniones a la semana con resultados tangibles, con una actividad frenética en redes sociales que seguro que no le resta un ápice a su capacidad gestora (pese a que seguro que esa productividad viene medida en parte por dicha actividad ‘mediática’). De nuevo un ejemplo impresionante de gestión del tiempo propio.

Estas dos mujeres nos ponen de relieve 3 cualidades esenciales en un buen manager: Dirección de personas, Capacidad de ejecución y Gestión del tiempo

Existen muchas otras, muy importantes, pero estos dos ejemplos nos aclaran bastante las cualidades de un buen manager.